Si te quedas en Platja d’Aro durante tus vacaciones de verano, no puedes perderte sus hermosas playas y calas! Y entre las favoritas de los turistas, te aconsejamos encarecidamente que te detengas por un día en la hermosa Cala del Pi. Con su magnífica zona natural y sus impresionantes fondos marinos, posee todas las cualidades de una cala de renombre.
Cala del Pi y su naturaleza
Si quieres experimentar un cambio total de escenario, Cala del Pi será el lugar perfecto. De hecho, es un lugar natural, incluso casi salvaje. Está rodeado de rocas que le dan un aspecto exótico y su impresionante vegetación te llevará de inmediato a los bosques más grandes del mundo. Además, Cala del Pi significa «Playa de los pinos» en catalán. Por lo tanto, lleva muy bien su nombre. La cala también tiene una pequeña originalidad: un islote situado a pocos metros de la playa donde se puede nadar.
Para acentuar su lado natural, encontrarás muy pocas casas en los alrededores. La mayoría de ellas están habitadas por lugareños, lo que protege fuertemente a Cala del Pi del frenesí turístico que provoca la Costa Brava. Sin embargo, no es raro que algunos turistas se queden allí durante el verano. Y lo que más atrae es la belleza de las aguas del arroyo. Este último puede presumir sin duda de tener las aguas más turquesas y transparentes de la región!
Actividades y servicios disponibles
La Cala del Pi se extiende a lo largo de más de sesenta metros y goza de una situación privilegiada. Por lo tanto, puedes descansar en paz, tomar un refresco a mano y tumbarte cómodamente en la arena. Para los apasionados de la natación y el descubrimiento, te aconsejamos encarecidamente que traigas tu máscara de buceo y tu material de esnórquel. De hecho, gracias a sus aguas translúcidas, Cala del Pi es uno de los puntos de buceo más populares de la Costa Brava. Ven y disfruta de la belleza de su fondo marino y admira las especies que habitan sus aguas.
Al ser una cala muy alejada del centro de la ciudad y conservada, no encontrarás ningún servicio en la playa. No hay duchas, puestos de seguridad, restaurantes, servicios de alquiler de tumbonas ni actividades acuáticas. El arroyo no cuenta con estacionamiento en las cercanías. Por eso, la única manera de llegar es caminando por el camino de ronda de la costa catalana que llega hasta Calonge. Al tomarlo, podrás disfrutar de unas magníficas vistas del Mediterráneo pero también de pequeñas calas escondidas como la de Cala Rovira. Vale la pena un poco de deporte, ¿no?
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